Los problemas actuales de suministro de gas y electricidad han hecho que se vuelva a hablar sobre eficiencia energética. Desde la aprobación del Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización, el pasado mes de agosto, la eficiencia energética de las puertas automáticas ha cobrado especial relevancia.

Eficiencia energética de las puertas automáticas

La eficiencia energética, o el uso eficiente de la energía, es un tema que preocupa a nuestra sociedad desde hace tiempo.

Un consumo eficiente de la energía significa que se requiere menor energía para llevar a cabo los mismos procesos. Esto redunda en una disminución de costes, mientras que la producción o el confort no se ven afectados. Al mismo tiempo, supone un importante y beneficioso impacto medioambiental, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así, la eficiencia energética se aplica tanto en ámbitos industriales o comerciales, como a nivel particular. Por lo tanto, todos podemos mejorar el consumo energético del día a día.

El papel de las puertas automáticas en la eficiencia energética

Una de las medidas más polémicas del Real Decreto-ley aprobado por el gobierno a principios del mes de agosto atañe a las puertas de acceso de numerosos edificios.

Entre otras medidas, se estableció que los comercios, edificios administrativos y culturales, estaciones de tren, autobús y aeropuertos cuenten con un cierre automático en sus accesos. La finalidad es evitar que las puertas queden abiertas y, por tanto, el derroche de energía.

Las posibles soluciones pasan por la instalación de un brazo de cierre automático o por la automatización de las puertas. Así, la opción elegida  depende de las características de cada acceso.

En el caso de las puertas automáticas, existen en el mercado numerosos modelos, que se adaptan a las necesidades particulares de cada situación, con diferentes tamaños y materiales.

Gracias a la eficiencia energética de las puertas automáticas, además de reducir el consumo energético, se mejora el confort térmico del establecimiento o espacio, debido a un mejor aislamiento y a la reducción del tiempo en el que las puertas permanecen abiertas.

Por otro lado, mejoran la accesibilidad y la seguridad, minimizando al mismo tiempo la necesidad de contacto.

Mucho por hacer en accesibilidad

A día de hoy todos, según el Real Decreto-ley, deberían estar instalados todos los cierres automáticos de los edificios o espacios afectados.

Sin embargo, la alta demanda, unida a las dificultades económicas por las que atraviesan muchas empresas, ha ralentizado el proceso. Por eso, vencido el plazo, muchas asociaciones de comerciantes se están movilizando para solicitar más tiempo para acometer las mejoras o reformas pertinentes.

Finalmente, son muchas las comunidades autónomas que han lanzando paquetes de ayudas para el cambio.

Por nuestra parte, desde AFIPA seguiremos pendientes de las novedades sobre esta normativa.